GINECO VALLES

Ginecología & Obstetricia

PARTO VERTICAL O HUMANIZADO

El parto es la forma natural en que los bebés nacen y el cuerpo de las mujeres tiene mecanismos naturales para desencadenarlo y llevarlo a cabo. En el parto humanizado el personal de salud crea un entorno de respecto y tranquilidad, permite que la mujer se sienta empoderada como protagonista, e incentiva a la mujer a confiar en su cuerpo y su capacidad natural de dar a luz, evitar medicaciones contra el dolor y adoptar la posición en la cual ella se sienta más cómoda durante el trabajo de parto; Sin embargo, en el modelo de atención que predomina hoy en día, la mujer llega a pasar varias horas acostada durante el trabajo de parto. En el momento del nacimiento, es llevada a una sala en donde debe adoptar una posición llamada “ginecológica”, que a pesar de ser conveniente para los médicos, es incómoda para la mujer y puede aumentar el riesgo de contracturas musculares y desgarros de tejidos.

Uno de los médicos ecuatorianos que promueven pro-activamente el parto humanizado es el Dr. Alex Escandón quien en 2016 recibió el premio en salud de la Organización Internacional para la Capacitación e Investigación Médica (IOCIM).  En su opinión, desde el punto de vista médico y humano, la opción preferida antes de considerar intervenciones médicas debe darse las opciones lo más naturales posibles.

Durante una entrevista con el médico, el experto explicó “Si tienes una gripe o un dolor de garganta, ¿por qué hacerte una traqueotomía? La cirugía, la intervención y los medicamentos deben ser utilizados solo si los necesitas. Lo mismo aplica al parto, ¿por qué hacer una cesárea a una mujer que podría parir de manera natural?”

Los Beneficios Para el Bebé

“La adopción de una posición vertical de la mujer durante el parto, favorece el flujo de oxígeno y nutrientes hacia la placenta, y por lo tanto, hacia el bebé, evitando el sufrimiento fetal. Otro ejemplo son las contracciones del trabajo de parto que, cuando el bebé está bien, ayudan a que se produzca la sustancia surfactante en los pulmones, la cual permite que el recién nacido tenga una respiración normal. Por eso, todas las cesáreas programadas sin razón médica aumentan el riesgo de problemas respiratorios del niño.”

Además, también para el bebé hay beneficios emocionales difíciles de cuantificar: El contacto piel con piel inmediatamente después del parto entre el recién nacido y la madre, es importante porque representa el inicio del vínculo materno-infantil en la vida extrauterina. El vínculo materno-infantil tiene repercusiones en desarrollo psicológico, emocional y cognitivo del bebé, que son difíciles de medir y que a veces sólo se manifiestan en una etapa posterior del desarrollo. Además, este vínculo es un detonante importante de la lactancia materna.

Una vez que la pareja tenga el conocimiento e interés, ¿qué debe hacer para tener un parto humanizado? Aquí una propuesta de cuatro pasos:

  1. El más importante: Preguntar, preguntar y preguntar, sin miedo de hacer preguntas incomodas o insignificantes a médicos, establecimientos de salud y dentro de la red social personal. Conocer a detalle los servicios, opciones y el trato que ofrecen diferentes médicos o establecimientoses un paso clave para conocer la oferta local en la atención de partos.
  2. Tomar el tiempo necesario y actuar con anticipación para escoger el médico(o al menos el establecimiento) con calma y cuidado, según las posibilidades respectivas en el sector privado o público aprovechando una de las consultas prenatales específicamente para planificar el parto con el médico, compartir un “plan de parto”o explicarle tus expectativas.
  3. Conocer el lugar antes del parto,familiarizarse con la infraestructura y planificar un parto individualizado según sea posible (por ejemplo, llevar la música preferida, la pelota, el banquito o el aceite relajante, y lo más importante: una silla o colchón para la pareja, amiga y/o familiar de confianza que acompañe el parto).
  4. Optar por tener una doula, partera tradicional, amiga o pariente de confianzaque cumpla el rol de asistir a la mujer o pareja antes, durante y después del parto con asesoramiento no médico en los aspectos mentales, emocionales y logísticos de este gran evento pudiendo aliviar en gran medida el estrés, la ansiedad o inseguridad que exista.